Hace poco más de un año que la Ley de Vivienda (Ley 12/2023) entró en vigor. Esta normativa fue pensada, entre otras cosas, para disminuir el precio del alquiler, especialmente en las grandes ciudades. Sin embargo, la disposición se ha alejado, poco a poco, de su objetivo original. Desde Inmorenta te contamos cuáles han sido los efectos de la Ley de Vivienda a un año de su entrada en vigor.
Efectos de la Ley de Vivienda 2023: ¿Impacto negativo?
El 24 de mayo del año pasado se aprobó la Ley 12/2023, mejor conocida como Ley de Vivienda y que, en teoría, debía generar cambios considerables en el mercado residencial. La nueva normativa buscaba, especialmente, disminuir el precio de los arrendamientos, sin embargo, los efectos de la Ley de Vivienda la han alejado bastante de su objetivo original. Esto se debe a que la oferta de alquiler ha disminuido considerablemente, pues los propietarios sienten mucha desconfianza de la nueva regulación.
Recordemos, además, que la Ley de Vivienda 2023 también establecía un tope para el precio del alquiler. Este no podía incrementarse sino en un 2% y 3% (en 2023 y 2024, respectivamente). Además, el Gobierno ha publicado recientemente el índice de referencia que se aplicará para regular el precio de los arrendamientos en las zonas tensionadas. Un índice que, de momento, solo se ha adoptado en Cataluña. Pese a estas limitaciones al precio del arrendamiento, los efectos de la Ley de Vivienda no han sido los esperados, pues el alquiler se encuentra al alza, especialmente en las grandes ciudades.
Volatilización de la oferta
Para los expertos en la materia, los efectos de la Ley de Vivienda han producido la volatilización de la oferta de alquileres y el aumento de los precios hasta niveles máximos. De hecho, el propio Banco de España se ha pronunciado al respecto y los profesionales en el sector inmobiliario también han pedido la modificación/derogación de la ley.
Para los expertos, la ley, incluso sin aplicarse, ha tenido efectos negativos, pues no ha hecho más que incrementar los riesgos para los propietarios y generar inseguridad y desconfianza. Pero esta inseguridad no solo la experimentan los dueños de inmuebles, sino también los futuros inquilinos. En pocas palabras, la oferta de viviendas para el alquiler habitual ha disminuido, dando paso a otro tipo de arrendamientos. Hoy en día, por ejemplo, es más fácil firmar contratos de arrendamiento temporales, así como por habitaciones. Dos modalidades que la Ley de Vivienda no contempla.
Ahora mismo, el Gobierno se encuentra estudiando la posibilidad de regular el alquiler de temporada, de pisos turísticos y por habitaciones, pero aún queda mucho trabajo por hacer, en conjunto con las comunidades autónomas.
Para hacernos una idea, en Barcelona (donde la Ley de Vivienda se aplica), el 30% de los alquileres que se han suscrito el último año son de temporada. En Madrid, este tipo de contratos representa un 15%, mientras que Málaga y Valencia se sitúan con un 13%. ¿Por qué ocurre esto? Porque la oferta para vivienda habitual ha disminuido, a la vez que los propietarios suben el precio del arrendamiento. Un aumento que sirve para compensar las limitaciones impuestas por la Ley de Vivienda.
Recordemos que, además de las limitaciones al precio del alquiler, la nueva Ley de Vivienda también ha tocado el tema de los desahucios. Según esta normativa, los tiempos de espera para recuperar las viviendas se han incrementado.
Alquiler de temporada y por habitaciones
Ya hemos adelantado que uno de los efectos de la Ley de Vivienda ha sido la disminución de la oferta de alquiler de vivienda habitual. En consecuencia, los propietarios buscan suscribir contratos mucho más flexibles y no regulados, como los alquileres de temporada y el arrendamiento de habitaciones. ¿Por qué se han vuelto tan populares?
Básicamente, al no estar regulados, permite a los propietarios evadir las disposiciones impuestas por la Ley de Vivienda, así como por la Ley de Arrendamientos Urbanos. En este sentido, este tipo de contratos de alquiler se rigen por el Código Civil que, en este sentido, es bastante más permisivo y flexible. Y, por supuesto, al alquilar un inmueble por habitaciones, es posible obtener más ganancias que arrendando la vivienda completa a una única persona.
Efectos de la Ley de Vivienda: La subida del alquiler
Sabemos que la Ley de Vivienda pretendía limitar la subida del precio del alquiler, pero ha tenido efectos contrarios. Y es que, según los expertos, el precio del alquiler se situó, en 2023, en poco más de 1.000 euros. Este 2024, se espera que continúe al alza, pues ya en los primeros cinco meses del año subió más de 50 euros con respecto al año anterior.
En cuanto al precio, Barcelona se encuentra en niveles máximos. El metro cuadrado alcanza los 21,1 euros; le sigue Madrid, donde el precio alcanza los 19,2 euros. Por su parte, en Málaga el metro cuadrado se coloca en 14,2 euros y en Valencia, en 13,9 euros. Se trata de subidas interanuales por encima de la media nacional.