En InmoRenta somos expertos en el alquiler de viviendas y hoy queremos contarte acerca de uno de los temas que más ha dado de qué hablar en las últimas semanas. La subida de los precios del alquiler ha hecho que buena parte de los contratos de arrendamiento que se firman sean compartidos, es decir, existe más de un arrendatario. La gran pregunta es si se puede o no echar a un inquilino de un piso compartido.
Alquiler de piso compartido: La alternativa de hoy en día
La Ley de Vivienda de 2023 tenía como propósito regular el precio del alquiler, especialmente en las grandes ciudades. Sin embargo, los efectos de esta norma no han sido los deseados y el precio de los alquileres se ha incrementado considerablemente, de forma especial en las grandes ciudades. Tradicionalmente, el alquiler de pisos compartidos era algo casi exclusivo de los estudiantes y algunos profesionales (generalmente de temporada), pero hoy en día es una alternativa para todos.
Esto se debe, como ya mencionamos, a la subida del precio del alquiler. Actualmente, arrendar una vivienda cuesta algo más de 1.000 euros. Si se tiene en cuenta el salario medio de España (2.099 euros al mes), encontramos que un ciudadano promedio tendría que destinar un 48% del sueldo para pagar la vivienda. Algo que se complica para los jóvenes que ganan menos (1.638 euros al mes, aproximadamente) y que tienen que destinar hasta el 61% del salario para cubrir el alquiler. Según los expertos, el máximo que debe destinarse al pago del arrendamiento es del 30% del salario. Esto ha producido una oleada de contratos de alquiler de piso compartido.
El alquiler compartido implica que existen dos o más arrendatarios que cohabitan en una misma vivienda. Cada arrendatario dispone de su propia habitación y comparte zonas comunes. Debido al aumento del precio de los alquileres, esta modalidad se ha convertido en una solución económica y práctica. ¿Y es posible echar a un inquilino de un piso compartido?
Echar a un inquilino de un piso compartido: ¿Sí o no?
Echar a un inquilino de un piso compartido es posible, pero siempre y cuando exista un incumplimiento de contrato. Lo primero que debes saber es que un alquiler de piso compartido tiene una regulación distinta al alquiler habitual y, por lo tanto, no es estrictamente necesario que el arrendatario disponga de un contrato por el alquiler de una habitación. En estos casos, querer echar al inquilino de un piso compartido es un poco complicado porque resulta imposible demostrar el incumplimiento de contrato.
Como ya adelantamos, el alquiler por habitaciones no se encuentra regulado por la Ley de Arrendamientos Urbanos, sino que basta con un pacto expreso entre las partes; esto de conformidad con los artículos 1554 y posteriores del Código Civil. Debemos decir que, aunque en el pacto entre las partes se establezcan las condiciones (como el importe, el período de alquiler y las causas de terminación de la relación), demostrar el incumplimiento de estas es complicado.
Cabe destacar que echar a un inquilino de piso compartido, aunque no exista contrato físico, es posible porque el propietario tiene la potestad de desestimar el acuerdo siempre que lo considere conveniente. ¿Y en qué casos puede ocurrir? Las causas más habituales son:
- Si se deja de pagar la renta.
- Cuando se subarrienda una habitación sin el consentimiento del propietario.
- Cuando no se respetan las normas de convivencia con los otros inquilinos.
¿Qué pasa con los otros inquilinos?
Cuando se suscribe un contrato de alquiler de habitaciones y si se incumplen las obligaciones, el casero puede poner fin al acuerdo. Esta acción solo se dirige al inquilino con el que haya firmado el documento. Es decir, no afecta al resto de convivientes. Sin embargo, si se alquila un piso con varios inquilinos y todos aparecen en el contrato, el incumplimiento de una de las partes puede generar la resolución del acuerdo para todos. ¿Por qué? Porque en este caso los derechos y obligaciones son comunes para los arrendatarios.
Por otra parte, cuando se ha firmado un contrato, pero no todos los arrendatarios aparecen en el documento, el propietario puede poner fin al acuerdo. Esta acción repercute no solo a un inquilino, sino a todos los demás.